miércoles, 2 de diciembre de 2009

LEMBRANZAS NAVIDEÑAS


Habitaba en una aldea junto a sus padres, tan solo tenía tres o cuatro años, era el ojo derecho de sus padres, la mimaban y depositaban en ella todas la esperanzas de la vida. Más tarde, llegarían tres hermanos, todos juntos formaban una verdadera piña familiar, donde reinaba la armonía y la paz. Por Navidad la mamá se esmeraba al máximo deseaba que no les faltara el mínimo detalle (dentro de sus posibilidades). La cena de Nochebuena era esperada por todos ellos, como una de las principales fiestas. La mamá confeccionaba su menú, era distinto, al que todos los días solían comer. Lo típico era un buen plato de bacalao con coliflor y de postre una compota de sabrosas manzanas que venían de la huerta de la abuela ¡Que rica y sabrosa…¡uh! ¡La mamá cocinaba muy bien! Turrones duro y blando…poco más. ¡Qué recuerdos! ¡Qué calor humano habitaba en el hogar…! Solían cantar esos tan famosos villancicos acompañados de una pandereta…

Antiguamente solo se regalaba el día de Reyes, todos ansiosos esperaban los regalos, bueno uno o dos como máximo y ¡que esfuerzos hacían los papás para poder encargarlos a sus majestades…! La mamá, una o dos semanas antes cosía y cosía en los vestiditos de las muñecas, les hacia el colchoncito de la cuna, su almohada, y demás ajuar, ¡Pobrecita mamá!, pero no le importaba, deseaba tan solo que sus hijos disfrutaran con los regalos, sin esperar nada a cambio. La víspera de Reyes, a la madrugada solían dejar los regalos en el balcón, dónde los zapatos o botas aguardaban impecables…. ¡Y los niños… ya no digamos…!

Pero ese año hubo una sorpresa…Un belén soñado, sobre todo por la primogénita, lo mandaban los Reyes Magos de La Coruña, (la mamá tenía unas amigas que vivían holgadamente, sus papas por aquel entonces ya trabajaban en hacienda), era un precioso Belén acomodado en una olla de barro, ¡Que regalo tan bonito!, la niña se emocionó mucho, dicen que asió al Niño Jesús y lo colmó de besos… ¡Era tan pequeño, y venía tan desnudito…! Repetía a su mamá y hermanos, ¡Ay que vestirle, se va a constipar…! La mamá, siempre hacia la manera de que todos los zapatos guardaran los regalos correspondientes, pero sus zapatos nunca tenían regalo…tan solo uno o dos carbones de leña…La hija mayor siempre cogía un regalo de otro zapato y lo colocaba en el de su mamá, no quería que quedara sin regalo de Reyes, al final se daban cuenta…

Poco tiempo tenían para disfrutar de los juguetes… al día siguiente ya había cole.

Todos estaban contentos con sus nuevos y preciosos regalos ¡Cuánta alegría había! Momentos que se guardan como reliquias.

Hoy, gracias a Dios, los niños reciben más juguetes, tienen más de todo…

Pero me pregunto: ¿Serán más felices los niños de hoy, o los de ayer…?

¿Valorarán más las cosas…?

¿Disfrutaran más de ellas…?

¿Discernirán con el tiempo, el trabajo que les cuesta a los padres un simple regalo…?

Hoy en día todo es consumismo…

Lo digo, porque soy madre y abuela y a veces discrepo…

Creo que en esta vida debemos de valorar el mínimo esfuerzo por pequeño que sea…Varios unidos…hacen uno más grande…

Mi agradecimiento a alguien muy especial, hace unos días nos abandonó: A Juana Algarra y Familia con todo mi corazón, pues hizo que esa Navidad fuera un sueño para mí, ella me regaló mi ansiado Belén, que Dios te tenga cerca. Siempre serás mi hada madrina.

Asun.



3 comentarios:

  1. Un bello relato, no hacen falta muchas cosas para celebrar la Navidad, un corazón dispuesto es lo único verdaderamente necesario.
    Besos:)

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  2. Lindo blog..........Parabéns!

    Bom diaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  3. Bonito relato lleno sentimiento y nostalgia.
    Un beso.

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"No somos nada si no estamos prestos a ser sensibles con la humanidad".

Pedro Pantoja Santiago


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asun