Habla el clavel a la rosa…
Lo bien plantado que está…
¡Ni una espina en mi saldrá...!
Aunque seas más hermosa.
La pobre rosa apenada…
Contéstale por lo bajo…
Este es el gran agasajo…
A la belleza versada...
Pues… espinas en mi llevo…
¡Con orgullo de mujer!
¡Imprímenme a mi carácter...!
Pero… mi humildad conservo.
¡Venerable es tu color…!
Más, el mío… lo defiendo
¡A todos hablo sonriendo!
Y… mi presencia… es amor.
¡Ay, mí querido clavel!
¡Poderoso y atrevido!
¡Tu talante tan erguido!
Me ha dejado… sin nivel…
¡Rosa… seguiré siendo!
¡Por naturaleza... pues...!
Y aunque… me cubran las nubes…
¡La espina… será mi atuendo...!
Me remito a mi final
¡Favorable, bien deseo!
¡Cúbrote de buen solfeo!
¡Y cariño fraternal!
La rosa y el clavel…
Tienen sus diferencias…
Como veis... ¡exigencias…!
Sombrío… es…su vergel…
A la vida de muchos…
Un abrazo.
El ave peregrina.