Rompe el telar que separa
entre tu cara y la mía
yo no miro...ya otra cosa
¡que adorarte…vida mía!
Me inclino sobre tu hombro
y me ondulo entre tus brazos
¡velamos y cogitamos!
entre satén de retazos...
Feliz... como ave que vuela
con paz y amor en el pecho
¡céfiro...suave que arrulla!
con coraje y sin despecho.
Muéveme el corazón
paralizado lo tengo
se ha caído en el abismo…
pues yo, ya no voy...ni vengo.
Candente como la vela
que abraza ese candelabro
pido asilo a mi pasión
y a tu volcán...yo me enhebro.
Asun.