Ingrato es, el zorro, que daña y mata
¡atadle! nunca darle rienda suelta
dispone y obra de la vida ajena,
es truhán y traidor...
¡obligadle! a que renuncie… y se vaya
¡lejos, sin más dolor!
¡flagelarle, es muy poco…
a este maltratador!
Voces altas... se escuchan
¡gritos del corazón!
¡ay, que tristeza habita!
¡desplegase el dolor...!
Hijos, tiene el traidor,
sin madre van quedar
la lanza…hoy le apuntó
luto hay… en el hogar.
¡duerme María Rosa!
¡duérmete mi clavel!
pues…hoy, he de vengar
tu muerte, con placer.
La cárcel suena a poco,
la reinserción ni ver
¡estos...son reincidentes!
¡la mazmorra...está bien!
Noche y día en la penumbra.
¡yo, así…le quiero ver¡
Tristes años…pasaste
con pena y... sin saber!
y el corazón herido…
¡quién te hizo padecer…!
¡hija, del alma mía!
negro voy a poner
¡porque negra va el alma…
y el corazón también!
Para todas las madres que en su propia carne sufren estos terribles dolores, al ver que parte de su ente yace tendido, mientras los nietos quedan a su amparo y protección y sobre todo para las víctimas, muchas de ellas este día de difuntos es el primero que pasan…sin pensarlo… (D.E.P.)
A las abuelas, que Dios les bendiga y les ilumine, para seguir la lucha del día a día, para emprender de nuevo esa batalla que ya habían olvidado…
Por todas vosotras ¡MADRES – ABUELAS!
Con el corazón.
El ave peregrina