domingo, 6 de diciembre de 2009

MARÍA Y ROSIÑA



María vivía en la casa de sus abuelos, pues era una niña huérfana, sus padres habían muerto en un accidente aéreo cuando regresaban de Alemania donde trabajaban.
Un día de primavera fue con su abuela a la Campiña, era donde tenían una hermosa huerta llena de árboles frutales, y muchos castaños. También había una pequeña finca donde plantaban legumbres, verduras, trigo, y otras plantas comestibles. María mientras que la abuela hacía su labor no se cansaba de jugar y saltar sobre el césped tupido y verde que allí había. Siempre que iba cogía flores silvestres -que se daban bastante bien en dicho lugar- cuando estaba cortándolas oyó una voz que la llamaba.
-¡María, María! soy yo Rosiña…
-María giró la cabeza para ojear de donde venía la voz, la sorpresa fue muy grande, pues era una rosa, que había nacido sin más en medio de las otras flores.
-¡Pero…!-dijo la niña-¿Cómo es posible que me puedas hablar?
-No tengas miedo, yo te hablo por que ya hace mucho tiempo que llevo observándote y eres una niña muy cariñosa y buena con tus semejantes, además, sé que tus padres están en el Cielo y que le llevas flores todas las semanas, te ruego que me cojas a mí también, pues quiero estar cerca de ellos, para adornarlos como a ti te gusta.
-María, no salía de su asombro, y le dice a Rosiña:
-¡Pues bien...!, te llevaré, pero quiero que me digas porqué me hablas sólo a mí.
-Ya te lo dije, me caes bien y veo en ti una niña humilde y sana.
-¡Está bien!-Dice de nuevo Rosiña- pero antes, vas a contarme cosas de ti.
-Así fue, estuvieron mucho tiempo hablando, hasta que la abuela sintió murmullos y se acercó junto a su nieta. María, le dijo lo que le había pasado, pero la abuela, movía la cabeza… de ¡Como estas mi niña…!
- Rosa era inmortal, ¡era un ángel bajado del Cielo! El que quiso que María fuese para siempre su amiga confidente.
-Rosiña permaneció para siempre adornando la lápida de sus padres. ¡Qué bonita estaba! llenaba todo el jarrón y a todos les llamaba la atención por lo fresca que se conservaba. Más sólo Rosiña sabia su cometido, cuidarla y embellecer la tumba de sus padres.
-La abuela al final también tuvo que creer que algo raro pasaba, y que tenía algo que ver con las alturas, pues una flor se seca después de unos días, y Rosiña estaba tan hermosa como el primer día.
Se corre por el lugar que cuando murió María, la flor (Rosiña) la que siempre estuvo tan hermosa, se secó.
Se cree que fue con la pena de la muerte de María, su incondicional amiga.

Asun.




3 comentarios:

  1. Así se comunica nuestro Ángel y puede tomar cualquier forma.
    Hermosa historia.
    Besos:)

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  2. Os ventos que as vezes tiram
    algo que amamos, são os
    mesmos que trazem algo que
    aprendemos a amar...
    Por isso não devemos chorar
    pelo que nos foi tirado e sim,
    aprender a amar o que nos foi
    dado.Pois tudo aquilo que é
    realmente nosso, nunca se vai
    para sempre...

    Bob Marley


    Excelente semana prá ti..........Beijosssssss

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  3. Leí este pequeño relato y aunque es triste hay algo sobrenatural en el.¡¡Hermoso!!

    Te sigo.

    Ave estoy leyendo tus entradas que aún no había leído, con tu permiso.

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"No somos nada si no estamos prestos a ser sensibles con la humanidad".

Pedro Pantoja Santiago


Gracias por comentar

asun